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Tipología de los chismosos

El chisme puede ser considerado como un acto compulsivo generado en algún recóndito rincón de la psiquis de hombres y mujeres de cualquier estrato social, raza, credo político o religioso, y de cualquier nivel de educación, quienes se denominan chismosos, mediante el cual se propician estados de satisfacción o placer, estimados patológicamente como hedonistas, a partir de sucesos, situaciones o vivencias de los demás.

Estas actitudes que han sido objetos de variados estudios de la Psicología Social, pueden clasificarse, según los niveles de satisfacción requeridos por el chismoso y por el impacto social que su acción genera, en los siguientes tipos:

  • Chismosos Receptivos: Son aquellos que están pendientes de lo que le sucede a los demás, saben la vida de todos, pero no se afanan en contar lo que saben, su satisfacción llega hasta ahí. Una vieja de Pescaíto sabe que Juancho, su vecino, todos los viernes se pega un borrachera en la tienda del cachaco de la esquina, junto a sus amigos Carlos, Cheo y Armando, sabe que casi siempre son sus amigos los que pagan y que llega a su casa entre 11 y 12 de la noche. La vieja conoce todos los detalles de esta situación de Juancho, pero la vaina solo llega hasta ahí. De alguna manera puede decirse que este tipo de chismosos son inocuos, esto es, no generan daño.

  • Chismosos Comunicativos: Son aquellos que además de afanarse en conocer la vida de otros, sienten la necesidad de contarla a los demás. La vieja de Pescaíto, además de saber todo sobre las borracheras de Juancho cada viernes, todos los días, cuando va a la tienda del cachaco de la esquina, busca desesperadamente a las vecinas, sus amigas, que son sus colegas en materia de chismes, para contarles que el viernes pasado los amigos de Juancho tuvieron que llevarlo hasta su casa porque no podía caminar por la pea que tenía. Hasta ahí la vaina, y, bueno, podría decirse que con esto no hacen mayor daño. A este tipo de chismosos pertenecen los periodistas y cronistas.

  • Chismosos Hiperbólicos: Son aquellos que, además de afanarse en conocer la vida de los demás y de contársela a quien puedan, necesitan para satisfacer su enfermizo onanismo, agregarle vainas al suceso, claro está, inventadas por ellos. La vieja de Pescaíto de marras, además de saber con absoluta precisión los detalles de las borracheras de Juancho, el pasado lunes llegó a la tienda del cachaco de la esquina contando que Juancho el fin de semana pasado llegó en la madrugada, como a eso de las tres, porque a ella le habían contado (este tipo de chismosos siempre tienen fuentes de información) que Juancho tenía enredos con un vieja por allá, en otro barrio, que no sabía exactamente en cuál pero que lo estaba averiguando y que cuando lo supiera se lo iba a contar a la esposa de Juancho. El placer de esta vieja solo quedará satisfecho cuando, por sus hiperbólicos chismes, se arme la guachafita en la casa de Juancho y su mujer termine tirándole a la calle toda su ropa. Evidentemente este tipo de chismosos son altamente dañinos, cancerosos. A este tipo pertenecen los escritores, aunque estos no hacen daño sino que con sus ficciones generan “placer estético”.

Los escenarios de acción de cualquier tipo de chismosos son múltiples, pero los comunicativos y los hiperbólicos, en particular, suelen operar en las tiendas de barrios, las esquinas, los salones de belleza, las cafeterías, reuniones de clubes sociales, etc. Es difícil determinar de la población mundial, y específicamente de la samaria, cuántos son chismosos, pero yo tengo un amigo, defensor a ultranza de los chismosos y promotor de una organización que defienda a estos especímenes sociales, que dice: “El que nunca haya sido chismoso que tire la primera piedra”.


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